Mi gringo favorito disfrutando del calor del fuego. |
¡Ay, las pppptarugadas que hace uno por amor!
Bueno, en mi caso no fue ninguna pendejada... perdón, perdón... prometí que iba a regenerar mi florido vocabulario. Ejém, ejém... decía que en mi caso no fue ninguna tarugada, pero si me eché un par de mentiras este fin de semana. Mentí a diestra y siniestra sólo para complacer a mi adorado esposo.
¿Alguna vez han mentido por razones verdaderamente importantes o válidas? No me refiero a cuando le das el avión a tu viejo nomás para quitártelo de encima, ni cuando le dices a tu hijo de 12 que Santa SÍ existe, o a tu hija le juras y perjuras que no te tomaste el último yoghurt del refri, no... hablo de cuando le dices a tu jefe que estás enfermo para no ir a trabajar... ¡zaz! Sí, lo confieso, a eso me dediqué este fin de semana. A inventarme estragos estomacales del tipo "córrele que te alcanzo". Pero todo fue por una muy buena causa, de esas que contribuyen a hacer más grande el álbum de los recuerdos. Les platico.
Resulta que el cuarto jueves de noviembre allá en los "llunaited esteis" se celebra el tan esperado "Thanksgiving", o como decimos aquí en este lado de la barda, el Día de Acción de Gracias. Y como no es costumbre mexica, pero tenemos gringo en casa pues lo celebramos por el puro gusto de ver una sonrisa en la cara del Güero-Ojo Azul que dicho sea de paso, se lo merece.
Así que después de hacer la infame y falaz llamada con voz compungida, me lancé con cómplice materno al super para traer los ingredientes necesarios para los manjares a preparar.
MENÚ
Crema de calabacitas con granos de elote a la mantequilla
Pavo relleno al horno con mantequilla a las finas hierbas
Puré de papa estilo Philadelphia
Gravy de vegetales
Pay de camote con fondo de nuez
Jalea de arándano para acompañar
Rompope casero
Vino blanco dulce espumoso
Helado de vainilla o capuccino a escoger
Y valió la pena. Tuvimos excelente compañía defeña -la infalible tía Martha y su sempiterno galán, el siempre bien ponderado tío Ber- los suegros de mi marido y su servilleta fuimos los comensales que tuvimos el placer de degustar semejantes suculencias. ¡Slurp, slurp!
Disfrutamos el momento de compartir los alimentos, pero también el simple hecho de estar reunidos a una mesa. Mi padre encendió la chimenea y el recuerdo para la posteridad se hizo aún más memorable. Las voces mezcladas de Nat "King" Cole, Tony Bennet, Perry Como y Johnny Mathis aportaron lo suyo y dieron paso a una platica amena.
Si, quizá el dichoso Tansgibin no forma parte de nuestra cultura, pero verdaderamente hay mucho por lo que dar gracias y no nada más un día en especial. Yo en lo personal y principalmente agradezco que hayan guardado para mí a un hombre tan especial como lo es Dennis. Quizá no tenga la fuerza necesaria para sostenerse en sus piernas, pero su fortaleza de espíritu va más allá de lo que muchos hombres "completos" serán capaces de reunir en toda su vida. Y por eso mi viejo se lo merece todo. Hasta que yo no vaya a trabajar, y mienta, y me friegue dos días en la cocina, y con el riesgo de que me cachen en Walllllmarttttt, o que algún buen samaritano le pase el link de este blog a mi jefe y me calabacén sin previo aviso.
No miento muy seguido, pero cuando lo hago me sale bastante bien. Y mientras sea por complacer a la gente que quiero y amo, lo haré cuantas veces sea necesario. Prefiero contribuir a mi colección de recuerdos familiares a laborales y hacer más grande mi cuenta sentimental que la monetaria, porque esos sí se van conmigo al más allá.
¡Ah!, por cierto... si requieren de un menú especial pero que no sea muy elaborado, mándenme mensajín o mailito y con mucho gusto les ajustamos el presupuesto y el refrigerador. Y mientras tanto "¡salúd por el del cumpleaños!"
Y si gustan y quieren hágannos el favor de dejar un comentarito.